El proyecto, alineado con principios de economía circular y sostenibilidad, evita el uso de fungicidas químicos y fomenta la biodiversidad del suelo. Combina innovación científica, sostenibilidad ambiental y aplicación tecnológica para ofrecer soluciones que beneficien tanto al sector vitícola en especial, como al medio ambiente en general. Los resultados esperados incluyen una planta injerto de vid con garantías sanitarias superiores y un inóculo biológico para suelos de viñedos, capaz de reducir las poblaciones de Cadophora luteo-olivacea.