Este sistema de propagación por semillas fue del gusto de los científicos, sobre todo cuando aprendieron a cruzarlas en laboratorio y a elegir los caracteres de cada casta que más les gustaban. De ahí nacen muchas variedades de uva de mesa, como la Italia o la Cardinal, o de vinificación, como la Garnacha Tintorera (Alicante Bouchet). También tienen su origen en esta técnica la mayoría de portainjertos que dieron solución al ataque de la filoxera a la raíz de las viníferas. Richter 110, Paulsen 1103, Rugeri 140, 161-49 Couderc, conocidos por todos, homenajean a los entomólogos que hace más de un siglo los crearon hibridando diferentes vides americanas. Incluso se ensayaron híbridos de producción directa uniendo vitis americanas y viníferas, con grandes resistencias a enfermedades pero mala calidad de las uvas. De ahí su prohibición.