Por todos es conocido que la variedad tempranillo es una variedad población. Esto quiere decir que no todas las cepas proceden de una planta madre, sino que al ser una variedad antigua y cultivada en múltiples lugares y circunstancias hace que exista gran diferencia entre unas cepas y otras. Esto se observa con claridad en el campo, existiendo una gran heterogeneidad dentro de esta variedad. Fundamentalmente esta heterogeneidad se observa en los viñedos viejos. En los viñedos jóvenes normalmente ya se han realizado las plantaciones con material seleccionado y son mucho más homogéneos, no existiendo variabilidad genética.
Sin entrar por tanto a los viñedos jóvenes o mejor dicho al viñedo plantado con material vegetal seleccionado y centrándonos en los viñedos más antiguos donde hay muchos fenotipos distintos se observa la gran diferencia entre una cepa y otra en las mismas circunstancias. Hay cepas con racimo suelto y otras compactos, racimos pequeños o grandes, con bayas de distintos tamaños, con mayor o menor homogeneidad, etc..
También observamos que de las cepas con mejor equilibrio natural es donde normalmente año tras año se conseguían nuestros mejores vinos.
Al mismo tiempo nos dimos cuenta de la gran perdida que estaba sufriendo el viñedo riojano con arranques de viñedo viejo propiciado por su baja rentabilidad en algún caso, difícil mecanización, pequeña dimensión, planes de reconversión, concentraciones parcelarias, etc.. Múltiples causas, todas ellas justificadas, pero que hacía que se perdiera una gran cantidad de plantas viejas y su variabilidad genética.
Por estas dos razones: búsqueda de una selección de plantas más equilibradas con un alto potencial de calidad acordes con el vino que producimos y evitar en la medida de lo posible la perdida de la herencia genética, manteniendo la variabilidad es por lo que Bodegas Roda inicio en el año 1.997, un Proyecto de I+D+I en colaboración con el CDTI: Selección y mantenimiento en campo de diversos fenotipos del Cv. Tempranillo (Vitis vinifera L.): Potencial fenólico y mejora de su extracción. Para la citada selección se realizó una prospección en los años 1.998, 1.999 y 2.000 de un gran nº de viñas viejas, situadas a lo largo de todo el hábitat tradicional del Tempranillo, se buscaron aquellos individuos que representaban la variabilidad intravarietal existente en el viñedo y también aquellos que presentaban un alto potencial de calidad, baya pequeña, racimo abierto, poca producción y correcta maduración. En total se rescataron 532 individuos que fueron injertados en el año 2000 a razón de 15 plantas por cepa seleccionada en una parcela propiedad de la bodega. Desde el año 2002, se vienen tomando datos agronómicos y analíticos de todos los clones seleccionados, observándose gran variabilidad entre ellos. También se han analizado las virosis Entrenudo corto, Jaspeado y Enrollado mediante el test Elisa.
En el año 2005, comenzamos a realizar nuestras nuevas plantaciones, con material vegetal procedente de esta selección. Se han seguido haciendo microvinificaciones y siguiendo todo el estudio de nuestro campo de tempranillo seleccionado. Fruto de este estudio surge la familia RODA 107 en el año 2.007.