El origen y principal objetivo de los portainjertos de vid utilizados en España no es otro que su probada e imprescindible resistencia a la filoxera. A partir de ahí, cada patrón de vid seleccionado u obtenido por los expertos ofrece características peculiares que los hace más o menos interesantes según los condicionantes de nuestro viñedo. La adaptación al suelo del sistema radicular debe tener en cuenta la caliza activa, la sequía o humedad, la compacidad, la acidez, la resistencia a nematodos; o efectos sobre la planta como el vigor, el ciclo vegetativo o la maduración de la uva. Una buena analítica de suelos y una reflexión sobre los objetivos de nuestra plantación nos ayudará a elegir el más conveniente.
En esta relación podrá conocer más en detalle los que, con el paso de los años, se han convertido en mayoritarios en nuestra viticultura. Como siempre, si entre las que presentamos no encuentra la que busca no dude en consultar y anticipar su pedido el tiempo necesario para seleccionar el material vegetal que necesita. Lo habitual es su injerto previo en taller sobre las diferentes variedades de uva, pero también ofrecemos barbados para su implantación y posterior injerto en campo.