Da vinos de gran calidad y, una vez despegó la D.O. Rías Baixas, ha pasado en veinte años de un par de cientos de hectáreas en producción a casi seis mil. Su potencial aromático afrutado con matices florales la hace muy atractiva y peculiar.Las condiciones climáticas y de suelo de Galicia, donde ha logrado su máxima expresión, la mantienen como su feudo casi único.
Sin embargo, el interés que despierta es tan grande que ha llevado incluso a los franceses a su autorización. Sin duda, una variedad con un camino largo y esperanzador por delante.